¿Qué hacer cuando las cuentas de su empresa entran en números rojos?
11 de julio de 2016
¿Qué hacer cuando las cuentas de su empresa entran en números rojos?
Las empresas nacen y mueren por la caja. Prueba de ello es cuando su cuenta corriente entra en números rojos o se queda descubierta. Es decir, el saldo bancario es negativo y, por tanto, inferior a cero. "Las pymes no pueden permitirse llegar hasta esta situación de emergencia", sostiene el profesor del departamento de finanzas y economía de Esade, Santiago Simón, quien advierte que "tampoco han de acudir a una entidad financiera sólo para pedir un préstamo debido a una mala gestión de tesorería". Esto supone un signo de debilidad por parte de la compañía, que demuestra falta de control sobre su negocio. No obstante, si el banco no se queja, es como si la organización dispusiera de una línea de crédito. Eso sí, a un coste muy superior por las comisiones que tendría que desembolsar en un futuro. Llegado a este extremo, las pymes han de preguntarse por qué tienen problemas: ¿Por falta de viabilidad del proyecto? ¿Por el crecimiento de la estructura de la organización? ¿Por el cobro de una factura inesperada? ¿Se ha gastado más de lo presupuestado?
Después de estudiar todas estas cuestiones, lo recomendable es diseñar un plan financiero. "Hay que conocer al detalle cuánto dinero se ingresa y se gasta por mes, por semana e, incluso, por día", explica Eduardo Soler, profesor del IESE. Para ello, se aconseja hacer un análisis con las previsiones de los cobros y los pagos, como las nóminas, las contribuciones a la Seguridad Social, las facturas de los proveedores y el Impuesto de Sociedades, entre otros.
La planificación es muy importante, sobre todo porque "hay firmas que son rentables, pero no fiables", revela Manuel Romera, profesor de IE Business School, quien indica que "muchas farmacias ganan dinero, pero tienen problemas de solvencia porque el Estado paga tarde".
Por imposible que parezca, las pymes pueden gestionar su negocio -aunque en un corto plazo- con la cuenta en números rojos. Conviene buscar las soluciones, primero, en el patrimonio neto y en el pasivo de la empresa; y segundo, en el activo.
• Ampliar el capital. Los propietarios pueden buscar nuevos accionistas, aunque será difícil conseguirlos de un día para otro, y menos si es para solventar un problema de caja y no para impulsar un proyecto. Otra opción rápida y sencilla es poner más dinero de su propio bolsillo. Los socios también pueden ampliar su capital, ya sea en renta o en activos fijos, acudiendo a líneas de financiación alternativa, como los fondos de capital riesgo o los businessangels. El inconveniente es el riesgo de perder la empresa. "En muchos casos, el mayor accionista se queda con la compañía", avisa Simón, de Esade.
• Pedir crédito al banco. La situación se empieza a complicar, sobre todo para las empresas que aún no están consolidadas en el mercado y tienen poca experiencia. "Las entidades financieras confían más en las grandes corporaciones, a las que prestan con más facilidad, porque tienen más activos", cuenta el profesor Romera. En caso de solicitar un préstamo, conviene que sea por un período mínimo de 10 años, para tener un colchón de seguridad y cubrir posibles imprevistos. También es importante que las pymes cuenten con un profesional experto en temas de gestión financiera. "Si se demuestra un buen conocimiento del negocio y se cuenta con un plan de acción claro, el banco puede convertirse en un buen aliado de la compañía, aunque no a cualquier precio", sostiene Soler. El descubierto de una cuenta sale caro, porque hay que pagar un tipo de interés variable, estipulado por el Banco de España, y otro fijo, establecido por la entidad financiera de la empresa, que puede oscilar entre los 30 y los 50 euros.
• Solicitar un descuento comercial. Para obtener liquidez inmediatamente, los directivos pueden entregar las facturas generadas por sus ventas a una empresa de factoring para cobrar por adelantado.
• Retrasar pagos. Por ejemplo, si una empresa suele pagar a 30 días, puede pedir a sus proveedores una prórroga a 60 o 90 días. Esta alternativa no es la más recomendable porque transmite una mala imagen y los problemas para pagarles. Asimismo, se perjudica la gestión de caja de los acreedores.
• Liquidar activos fijos. Lanzar promociones para vender más existencias, disminuir gastos innecesarios, retrasar inversiones y deshacerse de algunos bienes de equipo son algunas opciones para obtener liquidez.
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